"... y usted que??" inquirió aquel, "consigase una novia..." propuso despues el niño con sobrepeso, "... o rasúrese!" sugirio con un tono impositivo que su poca edad demeritaba, "mire, parece viejito" aseguró mientras señalaba mi rostro.
-Oye, quien eres tu para estar juzgando a las personas?- Respondi sin perder la calma frente a mi rapaz interlocutor.
-Soy dios- Aseguro sin perder el tiempo.
-Siempre crei que Dios era distinto- Dije despues de vacilar un momento, conteniendo la risa ante su audaz aseveracion.
Aquello me dejo meditando. Yo platico con Dios con cierta regularidad, pero el nunca me comento que su manifestacion fisica fuera el cuerpo de un pequeño de diez años que no parece ser muy saludable; aunque, si ese niño continua de igual manera y no fallece a causa de una obstruccion arterial antes de los 60 años podria considerarsele un caso muy solido para llamarle milagro. El caso es que pensar que Dios tiene ese cuerpo parece absurdo, pero tal vez igual de absurdo sea imaginar al cano barbado de sonrisa benevolente.
En la forma hacia tiempo que no reparaba. Si lo pienso bien, tal vez se haya manifestado de vez en cuando por breves instantes, aunque generalmente en lugares menos luminosos y de maneras mas sutiles. Si me preguntan, prefiero pensar que le he visto en la pupila dilatada por la exaltacion de quien me devuelve una sonrisa; tan solo por dar un ejemplo.
Entonces, si acaso este imberbe imprudente llegara a tener razon, mis posibilidades serian muy bastas y eso me parece muy interesante. Esta bien entonces Luis, te lo concedo si asi te parece; tu cuerpo es la manifestacion fisica de dios.
Y si tu eres dios, no veo por que yo no podria ser alguien (o algo) mas.
Elijo ser Pifas.
Porque si soy dos distintos pero al fin el mismo con dos nombres de pila, entonces ¿por que no ser dos distintos pero al fin el mismo aqui, entre ustedes?, que no me conocen ni me conoceran, seré entonces (hasta que yo mismo lo disponga de alguna otra manera) dos distintos, postrecito y Pifas, pero al fin el mismo, para la mayoria... nadie.
Asi pues, como hiciera Pilatos con Jesus, hago yo conmigo mismo (ó uno mas de mis yo mismos):
Ecce Pifas.