miércoles, 16 de junio de 2010

... de intentar compartir

Y escribir se convirtió en algo como ver al espejo e intentar hablar en voz alta acerca de lo que se observa, pues mis perspectivas no pueden suponer ser algo mas que el propio reflejo de lo que interpreto a mi alrededor.
Sí, lo que veo en el espejo puedo intentar definirlo con palabras, analogias o cualquier otra herramienta literaria que no sobrepase mis habilidades, pero no hay quien responda.
Por lo tanto en ocasiones es tan solo un desperdicio de energia o incluso un absurdo hablarle en voz alta al espejo. Ni siquiera se le habla al reflejo, sino a un objeto inanimado; el reflejo contesta con gestos o reacciones las primeras veces que uno le ve, mas no cuando se ha convertido en una costumbre su presencia.
Luego el reflejo incomoda, porque no gusta y no tendria por que gustar.
Quiza lo unico nuevo que mi reflejo puede hacer es envejecer.