domingo, 9 de marzo de 2008

... de árboles y excentricidades

Recientemente, en una reunion con amigos me permiti compartir con los presentes (asi como ahora lo hago en este espacio) mi gusto por los arboles. Resultan ser muy atractivos para mi los arboles de gran tamaño, sobre todo en diametro y no necesariamente en altura; los arboles viejos son mejores aun.
Asi pues, les decia que si acaso yo tuviera una vida como la que en ocasiones se relata acerca de algun millonario que se preocupa de una manera muy distinta por su dinero que el resto de nosotros, probablemente aprovecharia para tener una propiedad con un gran espacio para jardin y, tener ahi un arbol de gran tamaño. Obviamente, significa tener que trasplantar dicho arbol de un lugar a otro. Asi que, si el presupuesto no tiene limitantes, obviamente me gustaria tener el arbol que mas me agradara, aun si se tratara de una especie que no se encuentra en nuestro entorno y por lo tanto tuviese que ser necesario importarla de algun otro lugar, sin importar cuán remoto fuese. En algunas ocasiones, esto implica un reto de ingenieria considerable, por el tamaño del objeto y su delicadeza.
En medio de dicha platica me permiti tambien hacerles saber que considero que esto es algo mas noble y mas digno, que por ejemplo comprar un automovil lujoso que probablemente podria tener el mismo costo que la operacion de trasplantar un arbol extraño a la region.
Fue entonces que alguien mas opino que considera que no hay diferencia entre las dos cosas y que, tratandose de semejante lujo, podria considerarsele a los dos una excentricidad; luego el resto de los presentes dió su opinion y al parecer fueron todas distintas.
Aunque no estoy de acuerdo con la opinion de que no existe ninguna diferencia, cuando menos puedo conceder que lo he pensado y creo que he estado considerando un punto de vista que no me hubiera tal vez imaginado; aun asi, no tengo los recursos para lo uno ni para lo otro.
Cuando llegue el momento, veremos. Tá-tá.

No hay comentarios.: